La artista australiana Lucy McRae y el biólogo Sheref Mansy con su equipo de científicos, han conseguido, gracias a la nano-tecnología, dar un giro en el mundo de la belleza, con la idea de crear perfumes comestibles. Desarrolando unas cápsulas que al ser asimiladas por el organismo, expulsan por los poros de la piel su fragancia, convirtiendo al cuerpo en un gran atomizador.
Las moléculas de la fragancia afloran a la superficie de la piel a través de la transpiración, dejando minúsculas gotas, de las cuales emana un olor genéticamente único.
De acuerdo a su creadora, la potencia del aroma se determina y personaliza, cuando cambia la temperatura de un lugar, con el aumento del nivel de estrés, al hacer ejercicio o excitarse sexualmente.
El aroma depende entonces de cada individuo, está concebido para que nuestra dermis emita un olor genéticamente único acerca de quienes somos y nuestra identidad.
La creadora de la extraña fragancia dice que busca "retar la manera en que usaremos el perfume en el futuro" y "redefinir el rol de la piel". Se ha creado una página web que la promociona. Vídeo.
El comprar perfumes, Swallowable Parfum, podrá ser a través de perfumes online en un futuro próximo.
Hasta el momento se desconocen los efectos secundarios o si representa algún tipo de peligro para la salud.
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